lunes, 8 de junio de 2015

Una visión "orgánica" del mundo

Estamos llegando al final de nuestras reflexiones sobre lo que el Padre Boll escribe en su libro " ...vor allem mein Herz / Pater Kentenich - Pädagoge und Gründer" referido al Padre Kentenich, su desarrollo y personalidad, así como su misión como Fundador. Para completar esta parte nos queda reflexionar sobre un aspecto importante del Fundador de Schoenstatt y de su obra para la Iglesia. Se trata de la forma original de pensar y del método de conocimiento que la misma trae consigo.

El Padre Kentenich mismo la denominó con toda sencillez y seguridad una forma de "pensar orgánica". La característica principal de este método es la de un pensar global. Todas las realidades y procesos vitales quieren ser vistos como unidad y permanecer como tal en la visión del que lo observa.

En contraposición con esta forma de pensar encontramos aquella otra que tiene como principal característica la de separar analíticamente las partes del todo y observarlas en abstracto. Se le llama a este tipo de pensamiento un "pensar mecanicista", un pensar meramente analítico y fragmentario. Este pensar mecanicista es el que hoy día impera y el que está en la raíz de todas las enfermedades de los tiempos actuales, según la opinión del Padre Kentenich y la de otros observadores y pensadores de este siglo y del pasado.

El Padre Kentenich destaca tres ámbitos vitales que están especialmente en peligro y para cuya sanación se hace imprescindible la forma de pensar orgánica: la naturaleza y lo sobrenatural, idea y vida y, tercero, todos los procesos de vida en su amplia complejidad. En una de sus conferencias el Fundador denomina al pensar mecanicista como "la bomba atómica en el ámbito espiritual", aquel que separa "la idea de la vida, la causa primera de las causas segundas y los procesos de vida, cualquiera que ellos sean".

En su labor pedagógica ve la necesidad de esforzarse por un pensar global, centrado y simbólico. Con esta doctrina del organismo llegaremos a poder cultivar para el bien de todos un sano cultivo de las vinculaciones personales y de las vinculaciones entre lo natural y lo sobrenatural.
    
En las próximas reflexiones intentaremos aproximarnos a esta forma de pensar orgánica que quiere llevarnos a una forma de amar y de vivir orgánicas. A un mundo de sanas vinculaciones en lo natural y en lo sobrenatural.




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