lunes, 22 de junio de 2015

¿A dónde están los hombres y mujeres .....?

Con esta reflexión quiero dar por terminada mi tarea de comentar los capítulos que el Padre Boll incluye en la primera parte de su libro “… vor allem mein Herz – Joseph Kentenich – Pädagoge und Gründer” (publicado en versión alemana en la editorial Patris Verlag de Vallendar-Schoenstatt). Desde julio de 2014 he venido publicando mis reflexiones sobre el ser y la misión del fundador de Schoenstatt, Padre José Kentenich, siguiendo el índice del libro mencionado. Agradezco a todos los lectores su fidelidad y su interés por los temas tratados.

La semana que viene anotaré el índice del BLOG. Hoy quiero concluir con una pequeña historia sobre el último encuentro del Padre Boll con el Padre Kentenich en agosto de 1968, tres semanas antes de la muerte del Fundador. El Padre Boll lo cuenta en las últimas páginas de su libro, y también nos lo contó personalmente a mi esposa y a mí, siendo él Asistente Espiritual y nosotros Superiores Generales del Instituto de Familias de Schoenstatt. Tengo que confesar que este encuentro y lo que allí se habló me ha ocupado y preocupado a menudo en los últimos años. También yo me hago la pregunta que el Padre Fundador se hizo, y a menudo me embargan después la duda y el silencio. Solo me queda que rezar aquello de “¡En tu poder y en tu bondad, Madre Admirable, fundo mi vida!”

Lo recuerdo bien. El Padre Boll lo cuenta con todo detalle, son las últimas palabras de un padre a uno de sus hijos, antes de morir ……. El Fundador residía durante esos días (agosto 1968) en la casa “Marienau” de la comunidad de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt; estaba con una fuerte gripe que le tuvo un par de días en cama. Ya mejorado había invitado al Padre Boll para que viniera a verlo durante las horas de la tarde de aquel día. Cuando llegó a la casa, el Padre Kentenich estaba tomando café con otras tres personas, una de ellas el Prelado Schmitz. El Padre lo invitó a sentarse con ellos. Poco tiempo después el Fundador se despidió de los allí presentes y pidió al Padre Boll lo acompañara a su habitación. 

Después de salir del ascensor y ya en el pasillo que conducía a las habitaciones, el Padre Boll notó que la voz del Fundador cambiaba, estaba serio y se le veía preocupado. Entonces tomó la palabra y le dijo al Padre Boll lo siguiente: “He tenido tiempo en estos días pasados de pensar en muchas cosas. También he estado reflexionando sobre el futuro de Schoenstatt cuando yo falte. ¿Qué pasará entonces? ¿Disponemos de los hombres y mujeres que sean capaces de seguir conduciendo toda la obra con sus inmensas y múltiples metas? Visto desde el punto de vista humano no disponemos de esas personas ……… Si no pudiéramos confiar en la Santísima Virgen y en su poder, deberíamos ya desde ahora dejarlo.”

Nos contaba el Padre Boll que el rostro del Fundador estaba muy serio y su voz resonaba de forma especial. La pregunta del Padre Fundador le conmovió y le movió una y otra vez a lo largo de su vida.

La situación de la Iglesia y las corrientes espirituales de nuestro tiempo movieron siempre al Padre Kentenich durante toda su vida. Él deseaba que los suyos le siguieran. Las preguntas de entonces, y las de hoy serían: ¿Cuál es el papel de Schoenstatt en la Iglesia, no en lo político sino en lo espiritual? ¿Qué podemos entregar a la Iglesia? ¿Tenemos contacto con las otras corrientes vivas de la Iglesia? ¿Cuál es la posición de Schoenstatt en la vida del espíritu en nuestros días? 
El Padre Boll confiesa que en muchas ocasiones tuvo la impresión de que nos faltaba amplitud de miras y apertura para todo aquello que pasa en la Iglesia.Invito a mis ‘pacientes’ lectores (los que hayan tenido la paciencia de llegar hasta aquí) se hagan también estas preguntas. Yo me las he hecho.    

2 comentarios:

  1. Agradeço de coração por cada postagem neste tempo e em especial por partilhar esta história... tomarei pessoalmente para reflexão... São questões importantes para termos sempre à vista!
    Penso que o memorandum , recém assinado em Schoenstatt, também quer responder e caminhar nesta reflexão...
    Que possamos sempre nos voltar a perguntar , mas acima de tudo que tenhamos esta confiança na Mãe de Deus!

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  2. Gracias Sr. Nuno, confiemos que MPHC, pois haverá aqueles que se colocarão como instrumentos fiéis aos desafios dos tempos atuais.

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