Cruz de la Unidad |
El Padre Boll recuerda que en las primeras décadas del siglo pasado surgió una corriente teológica en Alemania que tenía como meta descubrir en la mariología lo que se llamó el “principio fundamental”. El Padre Kentenich se mueve también en esta corriente de pensamiento, pero a su manera. Mientras que los demás teólogos buscaban una construcción lógica de la que se pudieran derivar los diferentes aspectos y facetas de la Santísima Virgen, para el Padre Kentenich con su mentalidad “orgánica” se trataba de algo mucho más vital. Para él María, con la plenitud de gracias recibida de Dios, no se encuentra sola, el sentido de su existencia es Cristo. La biunidad entre Cristo y María.
Esa unidad entre Cristo y María la resumía teológicamente el Padre Kentenich en la conocida frase: María es la “Compañera y colaboradora permanente de Cristo en toda la obra redentora”. La palabra “compañera” significa que Ella estaba y está unida profunda e íntimamente con Cristo mediante una alianza de amor especialísima y original. “Colaboradora” significa: aunque la Santísima Virgen es sólo una persona humana, sin embargo fue elegida por Dios de forma especial para ayudar al Redentor en forma decisiva desde su condición y característica de madre y mujer. Es en esta perspectiva cómo se puede captar mejor la imagen teológica global del Fundador de Schoenstatt sobre María, para el cual la Madre de Jesús estaba siempre presente en todo.
"Cruz de la unidad" regalada al Santo Padre por un grupo argentino de "Madrugadores" de Schoenstatt |
y de Él proviene todo. A su lado estuvo desde el principio y está siempre María, su Madre, nuestra Madre en la fe.
Su presencia permanente al lado de Cristo culmina en el calvario, en el momento crucial y definitivo de la obra redentora de su Hijo. “Stabat Mater”, junto a Juan, el discípulo amado, estaba Ella plenamente unida a su Hijo. En la hora más significativa del dolor redentor de Cristo, éste pronunció aquella palabra crucial que resume la vocación última de María en la obra redentora del Hijo: “¡Eh ahí a tu Madre!” Madre de Juan y madre y educadora nuestra para siempre.
Imagen de un Santuario hogar de Schoenstatt |
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